Cuando la directora María José De Witt recibió hace algunas semanas a tres integrantes de la Oficina de Turismo de la Municipalidad de San Fernando, quienes le dieron a conocer la noticia sobre la visita de los sobrevivientes uruguayos Roberto Canessa y Gustavo Zerbino a la ciudad, acompañados por Agó Páez, hija del pintor Carlos Páez Vilaró y hermana de sobreviviente Carlitos, donde tenían pensado realizar un recorrido por el hospital para recordar lo sucedido hace 50 años… la propia directora abrió las puertas del establecimiento para que esta visita fuera recordada por siempre.

Y así fue: el viernes 9 de diciembre pasado fue un momento inolvidable para quienes retornaron al centro asistencial después de 50 años, principalmente para Roberto Canessa quien fue uno de los 8 jóvenes sobrevivientes que quedaron internados en el centro asistencial luego de su rescate en la cordillera (los más graves, fueron trasladados a Santiago).

La recepción de los invitados de honor fue en el hall principal donde se ubica el cuadro que donó el pintor Carlos Páez. Ellos vinieron acompañados por familiares y amigos, además de autoridades de la comuna como el alcalde Pablo Silva, el consejero regional Luis Silva, integrantes de algunas oficinas municipales como también de la oficina del turismo, representantes del ejército e incluso, algunos ex funcionarios del hospital que también participaron de este recorrido.

En el hall, todos los presentes pudieron escuchar atentamente la historia del cuadro a cargo del profesor de arte Pedro Marchant, quien dio una breve pero clara explicación de qué quiso reflejar el padre de Carlitos en ese mural; así también, la hija del pintor Agó también tuvo su opinión sobre la obra, dando a conocer algunos aspectos desconocidos. Roberto y Gustavo también intervinieron para luego dar paso al siguiente punto del recorrido: el antiguo servicio de Pensionado, hoy Unidad Educativa “Bambi”.

En 1972, el Servicio de Pensionado contaba con varias salas en lo que hoy funciona la unidad educativa; el lugar permanece casi intacto, remodelado para el trabajo de nuestras queridas tías quienes, además, facilitaron una sala para acondicionarla con fotografías, insumos e implementos de la época. Inclusive, Roberto Canessa pudo estar en la pieza N° 5, misma que estuvo en aquel año, fue sin lugar a dudas un momento indescriptible tanto para él como para su señora esposa Laura Surraco, quien no aguantó la emoción de recordar lo acontecido. 

El recorrido continuó por el Patio Claustro, lugar icónico del establecimiento de salud que junto con la Parroqua Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, son parte del espacio declarado Monumento Nacional en 1984 y que tiene unos pilotes alusivos al milagro de los Andes, con fotografías de la épica que pudieron ver los asistentes. Posteriormente, tuvieron la posibilidad de ingresar a la capilla para recordar y a la vez, rezar… Finalmente, y tras una jornada emotiva, se retiraron a un conversatorio que se efectuó en el Museo Nircunlauta...

Como Hospital San Juan de Dios de San Fernando, fue un gran orgullo poder contar con esta maravillosa visita, y esperamos poder recibirlos a todos nuevamente. Las puertas siempre estarán abiertas.