¡¡HASTA PRONTO!! Beda Campos Román
Penquista de origen, egresada de la Universidad de Concepción; tuvo un reemplazo en el Hospital Naval de Talcahuano en sus primeros años; por razones de trabajo de su marido se trasladó a Santiago, donde cuidó a sus hijos, pero en 1991 llegó a Hospital San Juan de Dios de San Fernando.
Esta es parte de la historia de la matrona Beda Campos Román, quien hace un par de meses se acogió a retiro voluntario. Sin duda, muchos que conocen a esta profesional saben de su carisma y gran vocación de servicio público, pero pocos conocen sus principales hitos y recuerdos en el centro asistencial. Por eso en la sección ¡¡HASTA PRONTO!! nos adentraremos en la memoria de la querida profesional.
¿A qué servicio llegó en 1991?
A ginecobstetricia - maternidad. Estuve tres años donde hice un par de reemplazos, luego me fui al Hospital de Rengo. Ahí estuve contratada por nueve años, y cuando se produjo el cargo, volví al Hospital San Fernando.
En el primer periodo que estuvo acá, entre 1991 y 1993, ¿qué es lo primero que recuerda?
Que me recibieron súper bien, con mucho cariño, me ayudaron; en ese tiempo comenzó una crisis en mi vida personal y tuve mucho apoyo de mis colegas; me cuidaban, estaban conmigo, en Rengo también… tengo los mejores recuerdos.
Después de su paso por aquel hospital, ¿cómo fue el reencuentro con sus anteriores compañeros de trabajo?
Me volvieron a recibir con mucho cariño y alegría por haber retornado. Definitivamente fueron años maravillosos.
Sobre las usuarias y/o pacientes, ¿qué tiene que decir?
Es un público muy distinto al resto del hospital, atendemos a mujeres, a las mamás y a sus hijos en sus primeros 28 días, algo que es propio de nuestra profesión que es la Matronería.
Si bien las matronas -y matrón- son unidas, usted igual compartió con funcionarios de otros estamentos.
Así es, en mi caso principalmente con los médicos, con el anestesista, con el cirujano; como la matronería es una labor que no es solitaria, tenía mucho contacto con los nutricionistas, con el tecnólogo médico, con los pediatras; y en menor cantidad con el psicólogo, neurólogo, incluso ahora en el último tiempo con el infectólogo
¿Considera que esa relación laboral ha cambiado en los últimos años?, ¿a sabiendas de que antes era una menor cantidad de funcionarios y todos se conocían entre todos?
Yo diría que sí ha cambiado, pero para bien; hay algunas diferencias con un estamento puntual, pero no creo que sea algo que provoque rivalidad, son temas que debemos pulir con el tiempo…
Aparte del trabajo diario, se crean lazos de compañerismo, ¿lo considera tan así?
Si, piensa que uno trabaja de lunes a domingo y las 24 horas del día en los sistemas de turno, hay mucho tiempo que estamos en el trabajo, considerando además las fiestas de navidad, de año nuevo, patrias, etc… por lo anterior, considero que si creamos lazos de afecto con nuestros compañeros de labores.
¿Algún momento que considere anecdótico o que se le venga a la memoria en estos años que trabajó en Hospital San Fernando?
Anecdótico no tanto, pero sí recuerdo la experiencia vivida en el terremoto de 2010 donde me tocó trabajar de turno; actuar en una situación así fue estresante, donde en todo momento tenía en mi pensamiento a mi familia e hijos, sin dejar de lado la vocación de servicio apoyando a nuestras usuarias; lamentablemente mi familia pasó a un segundo plano… fue una instancia súper compleja. Actuaron todos los protocolos establecidos. Hicimos un buen trabajo aquella vez.
Maternidad es uno de los servicios que trabaja 24/7, usted deslizó en párrafos anteriores que los lazos de compañerismo se generaban en las épocas de festividades; para el terremoto tuvo que dejar en un segundo plano a su familia… aun así, durante todo estos años, ¿cómo abordaba esta situación con su familia?
Mira, siempre estando de turno se organizaba alguna una cena o momento de camaradería por ejemplo para navidad o año nuevo, pero dentro de las posibilidades que teniamos porque el trabajo es 24/7 o sea siempre, ya que a veces teníamos que atender partos en pleno festejo… aun así, cuando la carga laboral era menor, nos hacíamos el tiempo para “celebrar” e incluso recibíamos a nuestras familias que nos venían a visitar por un rato. De toda maneras nos generábamos un instante para compartir, donde la familia ya estaba acostumbraba, mis hijos nunca me manifestaron resentimiento por eso o reclamos porque no pasaba algunas navidades o años nuevo, y eso uno lo agradece hasta el día de hoy.
MENSAJE
“Yo les pido a las nuevas generaciones un compromiso con el trabajo y con el paciente; deben tener en consideración que la población usuaria es muy susceptible, que llega al hospital con un estado emocional distinto… que uno como funcionario lo puede o no justificar no es nuestra labor, pero si debemos pensar que tienen una sensibilidad distinta y debemos empalizar con eso… empatía es la palabra clave, y para alcanzar eso, es gracias al trabajo y al cultivo de experiencia, y que sea incorporada en su quehacer diario. Que las nuevas generaciones trabajen en equipo”.
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