¡¡HASTA PRONTO!! María Elisa Galaz Cornejo
Sin lugar a dudas que este viernes 28 de junio, el Jardín Infantil “Bambi” de nuestro Hospital San Fernando quedará con un recuerdo imborrable en cada uno d sus rincones, pero principalmente en cada una de sus “tías” y educadoras, y también en la memoria de los “peques”, esto porque su querida “Tía Elisa” o María Elisa Galaz Cornejo se acogerá a retiro voluntario.
Y para no olvidar su legado, hemos preparado esta entrevista para la sección ¡¡HASTA PRONTO!! a la cual accedió. Siempre atenta, nos recibe en el centro educativo del jardín, donde día a día compartía con quienes eran “sus niñ@s” porque el cariño era recíproco…. Su vida y su historia en la unidad educativa del hospital, la conoceremos ahora:
Oriunda de Marchigüe donde cursó la básica, estudió la media en Santa Cruz donde hizo la práctica de técnico de párvulo, ¿cómo lo hizo para llegar al jardín en el Hospital San Fernando?
Antes de ingresar, estuve trabajando 10 meses “ad honorem” mientras esperaba mi título. También estuve 6 años en un jardín en Marchigüe, pero en 1984 postulé al jardín del hospital y quedé.
¿Dónde estaba ubicado el jardín?
Estaba en calle Negrete donde está hoy el comedor San Vicente de Paul. Habían unas monjitas, y estaba de educadora la “tía Maggi” y la “tía” Fátima Menares…
Ahhhh o sea ¿tiene muchas historias con la “tía” Fátima?
Si, son muchos años juntas.
¿Siempre se llamó jardín “Bambi”?-
Sí, siempre lo recuerdo con ese nombre.
Y me dio un dato interesante, ¿había “monjitas”?
Si, el jardín comenzó con ellas, pero después cuando llegaron las educadoras se fueron. Eran las últimas que estaban.
¿Qué anécdota tiene de aquel jardín?
Cuando llegué, como venía de Marchigüe, la tías decían que yo venía del campo, entonces cuando acompañaba a la educadora al hospital al área administrativa, me revisaban el bolso pensando que tenía huevos duros, pollo cocido (jajaja ríe), todo en son de tallas… y después me contaban que lo habían revisado. Esos momentos los recuerdo de forma muy positiva, nada negativo, tuve muy buenas compañeras que hoy no están trabajando, donde solo queda la tía Fátima, la tía Nelly y la tía Maritza.
¿Eran pocas las tías, porque era poco el número de niños?
Sí, pero en la medida que se sumaban más niños, se iba aumentando el cupo de las técnicos de párvulo.
Tía Elisa, ¿usted compartía solo con las funcionarias del jardín o también tenía cercanía con quienes trabajaban en el hospital?
Más en el jardín, porque estábamos cien por ciento compenetrados al cuidado de los niños, como ahora, y no teníamos el tiempo para hacer vida social en el hospital. Cuando uno iba a la parte administrativa o quizás algún control, ahí saludaba a los demás funcionarios.
Pasando a otro tema, ¿siempre se celebraban actividades como la Semana del Párvulo, la Navidad, o es solo de ahora?
O sea la semana del Párvulo siempre se ha celebrado; eso sí, el Día de la Familia, o la Higiene de Manos, o el Cuidado del Planeta, etc. son de ahora; pero si, siempre celebrábamos las Fiestas Patrias, la navidad…
Nunca es bueno comparar, pero ¿el comportamiento de niños(as) ha cambiado con el transcurso los años?
Partamos primero porque el cariño siempre ha sido el mismo, pero si hoy en día los niños están distintos, quizás antes había más respeto, pero eso no quiere decir que hoy sean irrespetuosos… la tecnología ocupa un lugar importante en ellos, ya que antes se divertían con juegos de mesa o correr. Los celulares no existían para entretenerlos.
¿Cuándo el jardín pasa a ubicarse en su actual sector?
Fue como a principio de la década de los 90.
¿Y cambia todo el sistema de cuidado o se mantiene como lo que hoy en día conocemos?
El centro educativo se creó acá, el jardín y la sala cuna siempre ha estado.
Llegan a este edificio más grande y amplio, con un patio más grande… coincidentemente aumentó la cantidad de funcionarios y con eso, la cantidad de niños.
Llegaron mamás jóvenes que traían a sus hijos y nos íbamos quedando sin cupos.
Una pregunta de la actualidad, ¿cómo ha sido su relación con las tías?
Muy buena, siempre que tenemos una actividad, todas trabajamos en el mismo compás para salir adelante.
¿Incluso ellas, como son todas jovencitas, vienen con nuevas ideas?
Exacto, ahora hubo un cambio grande para mí, porque me he tenido que adaptar a su ritmo, a su forma de trabajo, pero todo súper bien. Existe un respeto mutuo, me piden consejos y se los doy, uno trata igual de decirle las cosas para evitar problemas con los apoderados…
Y los niños…
Lo que voy a extrañar mucho va ser un abrazo y caricia de ellos, tampoco me quiero emocionar pero han sido tantos años… (se emociona).
Y como es esa sensación de ver a un niño o niña que cuidó muchos años atrás y que de repente la saludan ahora y son todos unos profesionales, ¿le ha tocado ver eso?
Si, muchas veces. Incluso ellos han venido con sus hijos a presentármelos, es muy lindo porque uno se siente bien, porque han salido adelante, y las mamás apoderadas (funcionarias) me han comentado que gracia a la base que han tenido desde pequeños, han podido surgir… uno se siente satisfecha y feliz con eso, por eso ya es tiempo de retirarme, cumplí un ciclo…
Así es…
Además voy a recordar a mis compañeras… (se emociona) acá tengo a mi mejor amiga. Es bonito recordar esos momentos, desde 1984 a 2019 ha sido una verdadera entera dedicada al jardín donde ha cosechado alegrías, penas, etc.
Más encima tener una buena amistad…
Yo soy una persona tranquila que no crea problemas, siempre me he llevado bien con mis compañeras, trato que si me dan un consejo es para mejor, lo acepto en lo que sea; pero la verdad que yo he tenido problemas personales y acá en el jardín recibí un apoyo inmenso… y eso uno lo agradece, y mucho.
MENSAJE
“Primero que todo, que las mamitas nunca piensen que cuando algún niño o niña sufra algún accidente, lo más mínimo que sea, sea porque nosotros quisimos que pasara o por un descuido, cuando pasa algo así, uno como tía se siente demasiado mal y a veces no nos entienden… comprendan que entregamos todo en el cuidado de sus hijos. Y otra cosa, hay algunas mamás que no dejan que sus hijos participen de las actividades, quizás sean las pocas, pero deben apoyarlos, no hay que cortarles las alas a los niños que si quieren participar… Y por último, estoy muy agradecida de todos acá en el jardín, partiendo de la tía Fátima con sus consejos que me han servido mucho, y de mis compañeras, de las que se fueron, todas se han portado bien con uno, que me hayan aceptado es bueno”.-
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